Nosaltres som el problema , i en nosaltres està la solució
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REFLEXIONS EN TEMPS D'ELECCIONS
Existeix una coneguda frase que lamenta del fet de que, qui no coneix la seva historia, esta condemnat a repetir-la..
Si el lector es pren la molèstia de llegir el fragment que segueix a continuació, potser creurà que esta llegint sobre fets actuals, però, de bon segur pot quedar certament perplex si es conscient que això es va publicar a l’Octubre de 1.890, es a dir, fa més de 100 anys.
Per això, es transcriu aquest fragment del Botlletí de Pau i Treba d’aquella data, per que hom que ho llegeixi, en sigui conscient de l’existència d’un problema que sembla enquistat en aquesta societat, i que, si no solucionem, tornarà i es repetirà fins al moment que siguem capaços de resoldre-ho.
Alejados, por inclinación, por deber, por gusto, y hasta por instinto, de las mezquinas luchas políticas que desgarran y muchas veces ensangrientan nuestra querida patria, seguros como estamos de que esta no ha de obtener mejoría con las panaceas (1) con que a cada momento tratan de regenerarla nuestros dulcamaras (2) al uso, nos causa verdadero pavor por el presente y porvenir de la Institución, cuando se aproximan períodos electorales que dejan tras de sí tan profundos rastros en todas partes, pero con especialidad en las poblaciones rurales, en donde tiene su principal asiento el sometent.
Al decir esto, no es que aconsejemos a los que al Instituto pertenecen que se alejen de los comicios; tan distante está esto de nuestro ánimo, que si de algo valiese nuestro parecer, les diríamos que ni uno de los que tienen derecho a votar, dejase de hacerlo, porque, compuesto el Sometent de personas honradas y de arraigo, ellas son las principalmente interesadas que en las urnas electorales aparezca lo que verdaderamente desea el país, y, si bien es cierto que por desgracia, en ellas tienen que juntarse lo bueno y lo malo, debe procurarse que sean como crisol que separe el puro metal de la escoria o como apretado tamiz, donde sólo salga el agua pura y limpia separada del negro y mefítico cieno.
Esto, en las sociedades actuales, no se consigue sólo con el deseo; para obtenerlo es preciso dejar la apatía que hace que una minoría bullanguera se imponga á una mayoría juiciosa y sensata, y aportar cada uno su pequeño esfuerzo para evitarlo.
Pero cumplido con este deber, que hace necesario el estado actual de la sociedad, al Sometent le quedan deberes aún más sagrados que cumplir; quédale el contribuir con todo su esfuerzo a restañar las heridas que puedan haberse abierto en la lucha electoral, predicando por todas partes, con la palabra y principalmente con el ejemplo, el sentimiento de la santidad de la vida social, la desaparición de odios impotentes e inicuos, procurando encaminar la actividad de los pueblos a ideales más generosos y justos; proponiéndose infundir veneración a la providencia, amor al orden social, afecto a los débiles y menesterosos, respeto a la autoridad, e inculcando por doquiera la necesidad de no abandonar ni por un momento, nuestra bandera de la paz.
Es preciso, llegar a conseguir que los hombres antepongan el bien general a sus preocupaciones y deseos y, para ello, es necesario que el Sometent predique con el ejemplo, procurando infundir sentimientos de tolerancia, de compasión y de afecto, sin duras recriminaciones, para los que son más débiles que malvados, y más extraviados de entendimiento que corrompidos de corazón.
Si el Sometent se propone esto, no dudo que conseguirá en mucha parte aminorar el daño que producen en los pueblos nuestras enconadas luchas electorales, y si lo hace con decisión y energía, merecerá el aplauso de todos los hombres honrados y la aprobación más entusiasta de todos los de recta conciencia; pero este aplauso y esta aprobación no hay que esperarlo al momento; nuestra labor es larga e ingrata en sus principios, pero es vasto el campo y hay que recorrerlo con vigor, y aún cuando en esta lucha, se apoderará más de una vez de nuestro ánimo desconsolador desaliento, al fin, no hay que dudarlo, el triunfó será nuestro, pues siempre se abren camino por todo y a pesar de todos, la razón y la justicia.
1) panacees (Remei o solució per arreglar-ho tot)
(2) Un dels exemples més complets de xerraire en l'òpera és el personatge de Dulcamara, de l'elixir d'amor, de Gaetano Donizetti

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